La mujer de negro es la nueva propuesta terrorífica de la renacida productora Hammer films que en los 50's y 60's aterró al personal con sus re-visitaciones del género vampírico, del mito del moderno prometeo, la momia y las casas encantadas. Con esta nueva producción de su segunda época asistimos a un renacimiento del terror gótico, ese que hunde sus raíces a fines del siglo XVIII cuando Horace Walpole inició el género con el castillo de Otranto 1765 con el que empieza la literatura moderna de casas encantadas y almas atormentadas en busca de redención. El género gótico de las casas encantadas ha conocido diversas adaptaciones al medio cinematográfico con desiguales resultados. Desde los primeros y teatrales intentos de adaptación, llenos de trucajes cinematográficos como “El castillo embrujado“ o “El hotel eléctrico“ de Melies y Segundo de Chomón respectivamente, hasta los pastiches cómicos mudos como “Haunted Spooks“ 1920 de Alfred Goulding con Harold Lloyd pasando por algunos de las mejores y más psicológicas películas sobre lugares encantados y espíritus atormentados como la excelente “La guarida“ 1964 de Robert Wise, adaptación de la célebre novela de Shirley Jackson “The haunting of hill house“, la turbadora “Al final de la escalera“ 1979 de Peter Medak o la particular visión de Kubrick de la novela “El resplandor“ del maestro del terror contemporáneo Stephen King.
El argumento es sencillo Arthur Kipps, joven abogado al servicio de un bufete, se encuentra sumido en una grave depresión nacida de la muerte, durante el parto de su primer hijo, de su joven esposa, se ve compelido por su jefe a acudir una siniestra y terrorífica mansión, para hacerse cargo de los asuntos particulares del fallecido dueño de la misma. A medida que pasa el tiempo, va descubriendo secretos que no han sido revelados y que afectan al pueblo, mientras una fantasmagórica mujer de negro le amenaza con su presencia en el caserón. La idea del personaje atormentado por una pérdida cercana y que se encuentra por ello psicológicamente más predispuesto al contacto con el más allá no es nuevo en el cine y ya fue explotado con gran maestría en la película de Peter Medak “Al final de la escalera” con un melancólico George C Scott que hizo una de su mejores interpretaciones en dicho drama sobrenatural o por la obra menor “Dragonfly” 2003 de Tom Shadyak.
Otro de los grandes hallazgos de la película consiste en sacar el máximo provecho de un flojo y previsible guión basado en una novela de Susan Hill, “La mujer de negro” 1983 de mucha menos calidad que otros relatos de autores clásicos de fantasmas como Dickens, MR James o autores más modernos como Matheson o Shirley Jackson
Watkins en vez de presentarnos el relato de una manera lineal, opta por hacerlo a través de acertados encuadres y acciones dramáticas de personajes secundarios de la trama, lo que permite tener enganchado al espectador durante los casi 90 minutos de metraje. Esto nos lleva a otro de los grandes logros de la película la gran solvencia técnica del joven realizador británico que valientemente optó por el apego a los clásicos en vez de sucumbir al susto fácil que permiten las nuevas tecnologías del 3d y el tratamiento digital de la imagen. Por un lado insistió en rodar en parajes naturales en la medida de lo posible y en hacer uso de todos los artificios clásicos que el juego con la iluminación y el uso de lentes focales con poca distancia focal permiten. Eso se trasluce en el resabio clásico que destila la película con un prodigioso uso de la profundidad de campo para suscitar terror en el espectador, algo que ha aprendido visionando las obras maestras del suspense de Hitchcock (“Rebecca” 1948 o “la Soga” 1948 por citar algunas), el uso de la grúa para lograr encuadres imposibles (tributarios del “Ciudadano Kane” de Orson Wells) que trasmitan la asfixia emocional del personaje de Arthur Kipps en la mansión de Eel Marsh house. La película también destaca por una fotografía que hace un uso muy solvente del juego de luces y sombras como artificio técnico para crear una densa y opresiva atmósfera, todo ello heredado sin duda del maestro Murnau en su no menos célebre “ Nosferatu” 1922.
Las interpretaciones son solidas y convincentes, especialmente Daniel Radcliff que se reivindica como un actor no unidimensional tras sus éxitos en la célebre saga de Harry Potter. En definitiva La mujer de negro es una película bastante aceptable que de tener un mejor guión sería un referente del género sin duda
FICHA TÉCNICA
ÍTULO ORIGINAL: The Woman in Black
AÑO 2012
DURACIÓN 95 min.
PAÍS: Reino Unido
DIRECTOR: James Watkins
GUIÓN: Jane Goldman (Novela: Susan Hill)
MÚSICA: Marco Beltrami
FOTOGRAFÍA: Tim Maurice-Jones
REPARTO: Daniel Radcliffe, Ciarán Hinds, Roger Allam, Sophie Stuckey, Janet McTeer, Shaun Dooley
PRODUCTORA: Alliance Atlantis Communications / Alliance Films / Hammer Film Productions
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