“El capitalismo es como un tren sin
frenos que se acelera cada vez más. Camina, sin duda, hacia el
abismo’. Consignas como esta eran proferidas con visionaria
anticipación en Génova, capital de la Liguria, entre los días de
triste recuerdo del 19-21 de julio del año 2001 cuando violentas
manifestaciones antisistema protestaban contra la reunión en tierras
italianas del G-8.
Estos luctuosos sucesos sirven al realizador
italiano Daniele Vicari, para realizar un film con pretensión
documentalista y supuestamente equidistante de los tristes sucesos
que llevaron al brutal asalto de los antidisturbios del colegio Diaz
donde se alojaran supuestamente miembros del violento grupo
anarquista “ Bloque negro”.
La película, con la mayor de las
crudezas posibles, intenta reproducir en un tono documentalista y
coral los hechos que precipitaron el mayor escándalo de abuso
policial cometido en Italia desde la II Guerra Mundial. Sin entrar a
valorar el juicio sobre los hechos por parte del director (que
pretende ser veraz y coincidente con diversos sumarios que han
salido a la luz en diversos juicios que han sentado en el banquillo
de los acusados a mandos policiales), hemos de destacar el impacto
visual de muchas de las escenas, con una gran explicitud a la hora de
mostrar la brutalidad policial del asalto. Muchas están rodadas con
cámara en mano sin estabilizador de imagen para reflejar de una
manera más evidente el clima de desconcierto que se vivió esa
triste noche del 21 de Julio. Precisamente ese tono de falso
documental es el principal fallo de la película (del que suelen
adolecer la mayoría de estos), pues intentar construir un
documental a-narrativo sobre la base de esbozos impresionistas de
hechos supuestamente verificados y demostrados , conduce
precisamente a lo contrario de lo que se dice perseguir, es decir, al
espectador no necesariamente coincidente con una sola versión de los
hechos le queda la sensación de que el director está dirigiendo su
atención maniqueamente en un sentido determinado, sin dar una razón
o justificación al menos narrativamente de por qué se seleccionan
unas parcelas de la realidad y no otras.
Se descontextualiza el clima vivido en los días previos (o se presenta de una forma simplista y trivial, con un papel cuasi testimonial de los violentos anarquistas del bloque negro), se presenta a la mayoría de los cuerpos policiales como meras caricaturas de fascistas con porras ignorando que en su gran mayoría actuaron en condiciones de extremo estres y gran cansancio y confundidos en muchos casos por ordenes erróneas, se presenta a todos los presentes en el colegio como pacifistas convencidos e ingenuos sobre lo que realmente está ocurriendo, no resultan convincentes ni creíbles los motivos por los cuales los mandos policiales realizan una operación de manipulación tan burda que está condenada al fracaso de antemano etc.... dando todo ello la sensación de que el director buscaba y perseguía precisamente eso, dirigir y prejuzgar de antemano unos hechos sin dar la oportunidad de que el espectador inteligentemente y sin necesidad de efectismos llegase a unas determinadas conclusiones que posiblemente fueran coincidentes con las del autor de la película
Creo firmenente que el horror que se
vivió en ese absurdo y brutal asalto merecía una visión mas
inteligente, más decidida en la búsqueda de la objetividad y sobre
todo más valiente y menos políticamente correcta.
"Diaz Don't clean up this blood" puede estar llamada a ser una de
las grandes triunfadores de la 57 edición de la Seminci y más
teniendo en cuenta el contexto actual de protestas controvertidas y
excesos de las fuerzas de seguridad pero no deja de ser una película
menor a todas luces por las razones anteriormente expuestas.
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