Lore es una adolescente nacida en una
familia nacional-socialista al que el final de la guerra le va a
obligar a asumir un rol maternal temprano con sus hermanos menores en
una huida hacia la casa de su abuela en Hamburgo.
La idea de adolescentes que tienen que madurar anticipadamente y que emprenden un viaje no solo fisico sino también espiritual ha sido acometida por el cine en diversas ocasiones, por ejemplo en el maravilloso western “ Valor de ley“ de Henry Hathaway y su reciente remake por parte de los hermanos Coen. La directora australiana Cate Shortland diseña magistralmente a los personajes, nos presenta a Lore y sus hermanos pequeños como perfectos ejemplos de lo que la educación del nacional-socialismo había imbuido en la menta de muchos niños y adolescentes en el reich de los mil años.
La obediencia ciega en la voluntad infalible y victoriosa del Fuhrer y en el acendrado odio hacia los enemigos de la nación alemana personificados en la raza de los judíos. Lore y sus hermanos son criaturas inocentes y frágiles, no dejan de ser niños, pero al mismo tiempo todo el odio acumulado de tantos años de nazismo está muy presente en ellos. Es precisamente el contacto con un supuesto judío Thomas durante el proceso de evasión, lo que hará aflorar en ellos lo infantil que todavía queda en ellos. La película narra en toda su crudeza el hecho de que en todo guerra siempre pierden más lo más débiles y que al final no hay enemigos solo seres humanos. Esta traumática experiencia deja sus huellas en Lore que debido a la crudeza de la viaje emprendido cuestionará todo lo aprendido en su vida, incluso las normas de cortesía (es muy paradigmático como exhibe rudos modales en la mesa cuando está en casa de su abuela y rechaza la reprimenda de esta).
Desde el punto de vista visual la película
tiene muchos primeros planos de los niños aunque abusa de la cámara
al hombre y del desenfoque en muchos de estos. Sin ser una película
notable, se deja ver y es de esas películas que uno espera poder
visionar en un festival de cine por que no suelen tener cabida en las
salas comerciales.
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