domingo, 26 de febrero de 2012

ESPECIAL OSCARS 2012, MONEYBALL, BENNETT MILLER.

Una primera lectura de la reseña de “Money Ball” nos podría llevar a pensar que estamos ante una película más sobre beisbol en la línea de las clásicas “El orgullo de los Yankis” de Sam Wood, “El Mejor" de Barry Levison o “Campo de Sueños” de Phil Alden Robinson por citar algunas de las más famosas. Sin embargo nada más alejado de la realidad, "Moneyball" es una película de beisbol pero no sobre el más famoso de los deportes americanos. La película es una magnífica reflexión sobre el deporte profesional, en general, y más en concreto sobre lo que podríamos llamar la metafísica del mismo. La película no pretende contarnos una historia épica sobre un gran logro deportivo conseguido por una modesta franquicia deportiva americana los Oakland Athletics, es ante todo un intento mucho más serio de plantear al espectador cuestiones que subyacen al deporte como actividad competitiva altamente profesionalizada; ¿qué es ganar? ¿qué es perder? ¿cuál es la diferencia entre innovar o traicionar una tradición deportiva?, ¿es el dinero la única forma de conseguir el éxito en el deporte y por ende en la vida?, ¿es la presión mediática y resultadista la peor “lesión” que se puede sufrir en el deporte profesional?... estas son sólo algunas de las interesantes reflexiones que puede suscitar esta cinta del director Bennet Miller (“Trumann Capote") y que cuenta en su elenco de actores con Brad Pitt ( “El árbol de la vida” “El curioso caso de Benjamin Button” “Thelma y Louisse”...), Jonah Hill (“Cyrus") y Phillip Seymour Hoffman (“Trumann Capote" “Hapiness” ).
La historia en la que se basa el guión de Aaron Sorkin es un libro del miso título del escritor Michael Lewis que relata la hazaña que en 2002 consiguieron los Oakland Athlectics, la franquicia más humilde del béisbol de las grandes ligas, al conseguir la cifra más alta de partidos imbatidos en la liga americana. La película comienza cuando los Oakland Athletics son eliminados de la post-temporada del 2001 y pierden a sus tres mejores jugadores al no poder competir económicamente con los equipos más poderosos de las grandes ligas que cuentan con presupuestos mucho mas amplios que el equipo californiano para fichar a los mejores jugadores.

En este contexto aparece el personaje de Billy Bean (Brad Pitt) manager general de los athlectics que ve como un año más sus deseos de conseguir realizar sus sueños de conquistar un campeonato se esfuman por la injusticia de un sistema, el de las grandes ligas, donde no hay un límite salarial como ocurre en otros deportes americanos. Brad Pitt es capaz de realizar una soberbia interpretación con multitud de matices que nos sirve para conocer la peculiar personalidad de Billy Bean, antigua promesa del beisbol juvenil que ve malograda sus carrera profesional como jugador al no ser capaz de soportar la enorme presión de responder a las enormes expectativas que su ingreso en las ligas mayores había generado. Ahora como directivo de un equipo profesional se enfrenta temporada tras temporada a la misma frustración de no haber sido capaz de conseguir nada significativo en el mundo del deporte del bate. Billy Bean es un hombre ambicioso pero profundamente resentido con el sistema que lo venció como jugador y como manager, en el aspecto personal tampoco vive sus mejores épocas, divorciado siente la presión de no avergonzar a su hija de la que se encuentra separado. Mientras negocia un traspaso de fin de temporada en cleveland conoce a un joven economista recien graduado en Yale con poca experiencia en el béisbol, Peter Brand, (Jonah Hill) que trabaja para los indians quien introduce a Bean en unos novedosos metodos para maximizar las inversiones en fichajes de jugadores utilizando complicados cálculos estadísticos. A partir de este momento se introduce una interesante reflexión sobre la resistencia a los cambios en las organizaciones, por un lado Bean es consciente de que no puede hacer lo que hacen otros para ganar ( comprar a los mejores jugadores) si no que tiene que buscar los jugadores más eficientes y más baratos, esta nueva filosofía apoyada entusiastamente por su joven asesor Peter Brand va a ser fuertemente contestada desde dentro de su propio club por ojeadores, que ven peligrar sus privilegios y salarios, por un entrenador (Seymour Hoffamn) que busca eternizarse en el equipo a través de un órdago permanente a Bean y la prensa que aprovecha para ajustar cuentas contra el directivo que se empeña en cambiar las formas de hacer las cosas en un deporte centenario.....

La película es un acierto por varias razones; la primera es que a diferencia de otras películas deportivas sacrifica el tono épico en pos de una mayor verosimilitud, al final los oakland athletics aparentemente fracasan , después de una temporada de ensueño caen en primera ronda de la post-temporada una vez más, esto se manifiesta especialmente en el tono documental que tiene la narración de los partidos presentados como retransmisiones televisivas (un poco al estilo de” un domingo cualquiera” de Oliver Stone) algo muy alejado del cuento de hadas que nos presenta Barry Levison en su película “El Mejor" con fuegos artificiales en el home run final de Ty Cobb o el final sacarinoso de “The babe" de Arthur Hiller con fans en deuda moral que acuden al ultimo show al bate de una leyenda que se retira como Babe Ruth. En segundo lugar por la crudeza ,exenta de moralismos fáciles, con la que presenta la realidad del deporte profesional donde los resultados, las estadísticas y los ingresos desplazan a las consideraciones sentimentales o éticas. El guionista no intenta convencernos de que el sistema es injusto o malo de por si, sólo nos presenta a un personaje, Billie Bean que intenta exorcizar sus demonios particulares , aquellos que han lastrado su vida, mediante oportunos feedbacks que nos relatan momentos decisivos de su carrera (la decisión de dedicarse al beisbol profesionalmente en vez de estudiar , sus fracasos deportivos, sus desencuentros con ojeadores etc...). En definitiva se trata de presentar personajes que se ven abocados a tomar decisiones importantes para sus vidas, a madurar y a no parapetarse en las injusticias que les acechan. Esto es algo que se ve también en el personaje del economista Peter Brand que tendrá que apostar personalmente por un proyecto no sólo en lo teórico si no también en lo personal asumiendo riesgos con ello.
En definitiva no estamos para nada ante una película banal o de consumo interno americano, es un película para pensar sobre el sentido último de nuestros actos y que nos invita a poner en practica aquello en lo que creemos aunque no nos dé aparentemente los resultados apetecidos


FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: Moneyball
AÑO: 2011
DURACIÓN: 133 min.
PAÍS: Estados Unidos
DIRECTOR: Bennett Miller
GUIÓN: Aaron Sorkin, Steven Zaillian (Libro: Michael Lewis)
MÚSICA: Mychael Danna
FOTOGRAFÍA Wally Pfister
REPARTO: Brad Pitt, Jonah Hill, Philip Seymour Hoffman, Robin Wright Penn, Chris Pratt, Kathryn Morris, Tammy Blanchard, Glenn Morshower, Erin Pickett, Sergio Garcia, Jack McGee
PRODUCTORA: Michael De Luca Productions / Scott Rudin Productions / Specialty Films

No hay comentarios:

Publicar un comentario