lunes, 22 de octubre de 2012

BARBARA, CHRISTIAN PETZOLD, 57 SEMINCI SECCIÓN OFICIAL

Dice el juramento hipocrático lo siguiente “En cualquier casa donde entre, no llevaré otro objetivo que el bien de los enfermos...”. Sobre la base de dicho apotegma se construye un emotivo relato llamado “Barbara”, largometraje del alemán Christian Petzold, que nos transporta al cálido verano de 1980 en una zona rural del norte de la antigua RDA, donde la doctora Barbara es confinada por decisión de la Stasi tras un intento infructuoso de lograr salir del país germano. Para lograr su “reeducación“ en el socialismo empezará a prestar sus servicios profesionales en un hospital bajo la directa supervisión del doctor André, un enigmático personaje durante la película, cuyas motivaciones para con Barbara permanecen ocultas ante los ojos de  la protagonista (románticas, filantrópicas, etc..).  André se muestra amable y condescendiente con la recién llegada y no parece ajustarse al papel del típico confidente de la Stasi. Por otro lado está el personaje de Jorg, el amor occidental de Barbara, con él que ésta planea huir a la Alemania Occidental. A lo largo de la película se nos hace muy patente el amor y la dedicación de Barbara por sus pacientes al mismo tiempo que el desprecio que siente por todos los delatores anónimos que tanto se destilaban en la RDA por aquellos días. Por un lado, en este lugar apartado de la gran ciudad, Barbara encontrará un lugar donde poner en practica su pasión; la medicina. Por otro lado, se trata de la RDA, una prisión en vida, donde nadie podía sentirse seguro y a salvo de cualquier delación por no parecer un “Buen socialista”. En este contexto ambivalente, es donde se le planteará un gran dilema a Barbara que tendrá que elegir entre la libertad para ella o la de uno de sus pacientes.

La película es sobria y contenida, llena de silencios que dicen mucho más de lo que parece, es una película que a pesar de situarse en un contexto determinado (la RDA ), no busca hacer un filme “ político “ al uso, sino esencialmente humano,  sobre un personaje atrapado  entre un anhelo de libertad y el cumplimiento de un deber moral para con uno de sus pacientes . Es especialmente lograda, durante toda la película,  la sensación de desesperación de la joven paciente de Barbara confinada en un campo de reeducación socialista y que lucha denodamente por no regresar allí, intentando prologar su estancia hospitalaria.

Este carácter sobrio y detenido del filme puede llevar a una falsa sensación de lentitud, de que nada ocurre pero eso es precisamente lo que quiere trasmitir su director, que es precisamente esa la sensación de tedio y represiva vigilancia la que experimenta Barbara en su quehacer diario.

Es una película muy recomendable que va a representar a Alemania en la próxima edición de los Oscars y que ha suscitado muy buenas críticas en el festival de Berlín.

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