sábado, 27 de octubre de 2012

D'ROUILLE ET D´OS, JACQUES AUDIARD, 57 SEMINCI SECCIÓN OFICIAL

Nos ocupamos ahora de la otra gran triunfadora de la edición 57 de la SEMINCI. En este caso nos encontramos con la última película exhibida en Cannes por un viejo conocido del festival donde consiguió la espiga de plata de la 41 edición con el largo “Un héroe muy discreto".

En este caso estamos ante la adaptación muy libre de uno de los relatos aparecidos en el libro de Craig Davison del mismo nombre. Lo más destacado de la película son las actuaciones de sus dos protagonistas, Marion Cotillard y Matthias Schoenarts en los papeles de Stephanie y Ali. 

En la película se narra una historia de redención personal de ambos personajes, de Ali como padre y de Stephanie como ser humano que tiene que hacer frente a una grave minusvalia al perder sus dos piernas en un accidente en un acuario. La idea que persigue el director es contraponer dos personalidades muy marcadas, Ali es la encarnación de la fuerza, la autosuficiencia y el vitalismo más hedonista. Stephanie por contra representa el epitome de la fragilidad, postrada en una silla de ruedas y abandonada cruelmente por su pareja como consecuencia de la enfermedad. Entre ambos personajes se teje una extraña relación de amistad y compasión mutua que los hará necesitarse mutuamente. Ali necesita el apoyo de Stephanie, primero cuando se involucre en el negocio de las peleas de extreme boxing y posteriormente para lidiar con sus propias responsabilidades personales. Ali es un mal padre de un niño de 5 años, Sam, al que el destino deparará al final una gran prueba donde se pondrá a prueba de la forma más extrema ese “animal instinct” que exhiben los progenitores en las situaciones más extremas. Por contra Stephanie es la fragilidad más palpable, necesita a Ali tanto físicamente (son muy bellas las escenas de los baños de esta en la playa con la ayuda de este último) como emocionalmente. 

Hasta aquí los aciertos de la película que son más interpretativos que escénicos o guionísticos, que es donde la película resulta más floja. La historia es previsible y acaba de una forma edulcorada al más puro estilo del "happy end" hollywodiense en su sentido más peyorativo. Este final facilón y lacrimógeno lastra la película e impide la consideración de la misma como una película notable. La mera contraposición de caracteres no es suficiente para mantener la atención del espectador salvo que se sea un genio como Jean Cocteau en la “Bella y la Bestia”.

Entedemos que la SEMINCI no es un festival de palomitas pero tampoco debería serlo de pañuelos...

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