jueves, 25 de octubre de 2012

De Gafapastas y Bodrios

Francis Veber en la rueda de Prensa en Madrid, en 2001, cuando estrenaba aquí su ocurrente y divertida "Salir del armario" decía los siguiente: "Para un francés, España es uno de los países más difíciles de complacer porque su público está muy intoxicado por el cine americano..." Este es el modo de pensar dominante entre una buena parte de la crítica cinematográfica especializada. Si algo no es ininteligible, aburrido, denso o políticamente correcto entonces no es arte ergo no es cine. Esta conceptualización idealista  y platonizante del arte cinematográfico, como algo críptico y alejado del no iniciado es lo que aleja al espectador de la pantalla. No es ese "deficit " educativo cinematgráfico del espectador medio español. La gente con el cine busca que le cuenten cosas, que le le digan algo, que le sorprendan, algo tan sencillo pero al mismo tiempo tan difícil, de lo contrario cualquier iluminado con cámara digital al hombro con situarse en el Monument Valley haría "Centauros del desierto" sin llamarse John Ford. Si olvidamos eso, acabaremos como esos gafapasta de festival de provincias que aplauden aquello que nadie disfruta y casi nadie entiende....

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